De repente una coma lo cambió todo. De la más rotunda de las negativas, a la más extraña de las afirmaciones. Sólo hizo falta un trazo milimétrico entre aquellas dos palabras.
Resultaba curioso que esa separación de tinta en una pareja de palabras, fuera a unir más que nunca a las personas que aguardaban tras aquel escrito. Era el impulso, o mejor dicho la pausa que necesitaban para continuar. La aclaración de toda duda, la disuasión de los miedos, el inicio del paso siguiente. Una partícula minúscula en movimiento que en boca de su locutor podría imprimir fuerza a todo ese nuevo universo que le rodeaba.
Ahora, después de la negación, había un expectante silencio:
No, quiero
Para que luego digan que una coma no tiene importancia
ResponderEliminarY es que por muy pequeñas que sean las cosas....tienen su por que.
beso
Creo que la teoría del aleteo de la mariposa cobra todo su sentido en las pequeñas cosas que nos rodean día a día.
ResponderEliminarGracias Merche por tu lectura y opinión incondicionales.